
“EL AMOR, UN LENGUAJE MULTILINGÜE Y JUBILAR”DIA INTERNACIONAL DE LA LENGUA MATERNA
Hoy 21 de febrero, recordamos con alegría, el día internacional de la lengua materna. Una fecha donde se hace memoria y se enaltece con gran regocijo a la belleza del lenguaje como medio de comunicación y de comunión entre los seres humanos. Son cientos las formas de comunicación e interacción las que existen hoy en el mundo, y sería muchas más, si estas a lo largo de la historia no hubieran desaparecido por causa de múltiples atropellos, colonizaciones y deculturacion que se ha dado contra los grupos humanos, dando como fin último, la pérdida de su identidad, de su idiosincrasia, de sus costumbres y tristemente el olvido de la lengua materna. En su mensaje para este 2025, las Naciones Unidas, han dicho:
“Las lenguas, con sus complejas implicaciones para la identidad, la comunicación, la integración social, la educación y el desarrollo, tienen una importancia estratégica para las personas y para todo el planeta. Sin embargo, debido a los procesos de globalización, cada vez están más amenazadas o desaparecen por completo. Cuando las lenguas se desvanecen, también lo hace el rico tapiz de diversidad cultural del mundo. También se pierden oportunidades, tradiciones, memoria, modalidades únicas de pensamiento y expresión, recursos valiosos para garantizar un futuro mejor.
Es por ello, que esta fecha, no se puede quedar en una fecha únicamente de calendario, sino que debe trascender en medio de nuestros sentidos y ponernos alertas para ayudar a salvaguardar la diversidad lingüística, cuidar este bello legado; nuestras lenguas propias, nuestras lenguas originarias, nuestras lenguas ancestrales, nuestras lenguas indígenas, nuestras lenguas maternas.
Como Comisión de Pastoral de Pueblos Originarios de América Latina y el Caribe, alzamos nuestra voz, para con ella alabar y bendecir a Dios, quien cuida de los pequeños y los pobres, que protege a los más necesitados y que siempre salvaguarda a los inocentes y, hoy, mediante este mensaje hacemos el llamado urgente a todos, para que hagamos juntanza y en minga salvaguardemos nuestras lenguas maternas y originarias. Pero unido a ello, queremos hacer una invitación al mundo, hagamos una minga, donde el único medio para interactuar sea: “EL AMOR, UN LENGUAJE MULTILINGÜE Y JUBILAR”
El amor, es sencillo y es de fácil entendimiento, solo si éste nace de las profundidades del nuestro ser “Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido”. (1Cor 13,1) Con San Pablo podemos darnos cuenta que las lenguas humanas causan tanto bien cuanto más puedan entre sí, expresar bondad, transformación e hilar lazos de sociedades nuevas y hermanas. O causar tanto mal, cual, si fuera una campana ruidosa que no congrega, sino que dispersa, subyuga y hace daño, y esto solo sucede cuando usamos la lengua para incitar al odio y a la muerte.
Solo el lenguaje autentico del amor, de la caridad y de la esperanza, es el que transformará esta sociedad desquebrajada por nuevos lenguajes, cuyo propósito se ha centrado en una promoción arrasadora del egoísmo, del odio y de la muerte. Dios ha hablado con amor, a través de la historia, “Dios es amor” (1Jn, 4,7-9) y con ese amor todo lo ha hecho bien y “vio Dios que todo cuanto había hecho era bueno” (Gn 1,31). “Y dijo Dios” (Gn 1), el verbo decir en imperativo, indica que Dios toma forma humana, forma de constructor, y utiliza el lenguaje proveniente de sus labios, la voz para crear y recrear toda esta bella naturaleza, completa y plena, su obra creadora.
El lenguaje del amor de Dios, manifestado desde antiguo por boca de los profetas, se ha venido diluyendo con el paso de los tiempos y hoy ante las nuevas formas y expresiones de lenguaje, éste va perdiendo el sentido originario y con él su desaparición.
Como Iglesia, nos oponemos totalmente, a que el amor, y en particular el amor de Dios, como lenguaje único y transformador, desaparezca de nuestros ámbitos sociales, de nuestras comunidades y de nuestras formas de expresión religiosa, cultual y cultural. Debemos abogar, por aquellos pueblos originarios, muchos aun sin ser colonizados o aculturados por entidades y gobiernos, cuyo único fin es la exploración y explotación de las riquezas guardadas en el interior de la madre tierra o en el seno profundo de las culturas originarias que ahí hacen y construyen sociedad y tienen su hábitat natural. No podemos permitir que otras culturas y lenguas se impongan sobre los pueblos originarios y los lleven a la destrucción y desaparición, como sucedió hace más de quinientos años cuando nuestra Abya Yala, fue colonizada e invadida dando con ello origen a nuevas formas culturales y lingüísticas, pero haciendo que desaparecieran las bellas formas de comunicación de las grandes civilizaciones que hasta ese entonces existían.
Celebrar este día de las Lenguas Maternas, debe ser ocasión para referir la importancia que cada una tiene y la esencia que ellas guardan para la educación y el desarrollo sostenible, ya que constituyen el principal medio de transmisión de conocimientos y preservación de las culturas.
Hoy invitamos a valorar nuestras lenguas maternas y originarias, y un ámbito esencial para hacerlas resurgir, es mediante la educación. Nuestras aulas académicas tienen que convertirse en espacios bilingües y multilingües, donde las lenguas oficiales, las lenguas comerciales y las lenguas originarias se entrelacen para construir y transformar sociedades. Es deber nuestro el salvaguardar los idiomas propios.
Los gobiernos mundiales, nacionales, regionales y locales tienen el deber de poner en sus estatutos el cuidado y la protección de las formas lingüísticas de cada sociedad, de cada pueblo, y ante todo de aquellas formas lingüísticas que tienden a su desaparición. Invitamos a los pueblos para que eduquemos y hagamos academia en nuestros propios idiomas.
De igual manera, invitamos a nuestros pastores para que nuestras celebraciones litúrgicas, se conviertan en espacios propicios para la implementación y el uso de las lenguas originarias, lenguas maternas. Oremos en nuestros propios idiomas, que nuestros pueblos se sientan escuchados por el Buen Dios que atiende los clamores de sus hijos cuando éstos le hablan con confianza en un lenguaje entendible y acogedor.
Finalmente, el lenguaje del amor, debe ser el signo en el que todos podamos entendernos en este tiempo santo y jubilar. Que Santa María de Guadalupe, madre y patrona nuestra, quien le habló con cariño a su hijo Juan Diego, interceda ante su hijo Jesucristo por todos los pueblos originarios.
Popayán, Colombia, febrero 21 de 2025. Año Santo de La Esperanza Desde el sentipensar de Luis Ariel Fiscué