
Norte del Cauca – En un ambiente de fe, alegría y profunda identidad cultural, las comunidades afrodescendientes de la Arquidiócesis de Popayán celebraron con gran fervor el Jubileo de la Esperanza, un acontecimiento que congregó a cientos de feligreses provenientes de diversas parroquias del norte del Cauca.
La jornada jubilar tuvo como momento central la celebración de la Eucaristía, presidida por Monseñor Omar Alberto Sánchez Cubillos, Arzobispo de Popayán, y concelebrada por varios párrocos que, junto a sus comunidades, peregrinaron para vivir este espacio de gracia, comunión y renovación espiritual.
La liturgia fue animada con gran riqueza musical por la Fundación Artística Quilisamanes, encargada de la animación del canto, y el grupo Mokumbaque, que con sus cantos afrocolombianos ofrecieron un testimonio vibrante de fe encarnada en la cultura.
Durante la celebración, se destacó la importancia de la identidad afro en el caminar de la Iglesia, así como la urgencia de seguir fortaleciendo los procesos pastorales que promueven la justicia, la dignidad y la esperanza en los territorios afrodescendientes.
“Esta celebración es un signo del Espíritu que nos anima a caminar juntos. Un testimonio de fe viva que nos impulsa a seguir construyendo una Iglesia más inclusiva y comprometida con su pueblo”, expresó Monseñor Omar Alberto durante su homilía.
El evento fue calificado como un verdadero éxito, no solo por la masiva participación, sino por la calidad espiritual y cultural del encuentro, que se vivió con profundo sentido eclesial y comunitario.
Desde la coordinación arquidiocesana de la Pastoral Afro, se hizo un llamado a continuar fortaleciendo esta misión evangelizadora y a que muchos más hombres y mujeres se sumen a este camino pastoral.
“Que esta celebración sirva de motivación para que muchas personas se vinculen a nuestra pastoral y sigamos siendo semilla de esperanza en nuestras comunidades”, señaló el Pbro. Edgar Mauricio Jiménez Ararat, delegado arquidiocesano para la Pastoral Afro.
Con este Jubileo, las comunidades afro celebraron su fe, su cultura y su historia, reafirmando su compromiso de ser una Iglesia en salida, alegre y profética, al servicio del Reino de Dios en el corazón del pueblo negro.