¿En qué consiste la Visitación de María a su prima Isabel?

¿En qué consiste la Visitación de María a su prima Isabel?


Por medio de la visita de María llevó Jesús a aquel hogar muchos favores y gracias: el Espíritu Santo a Isabel, la alegría a Juan, el don de Profecía, etc, los cuales constituyen los primeros favores que nosotros conocemos que haya hecho en la tierra el Hijo de Dios encarnado. San Bernardo señala aquí que desde entonces María quedó constituida como un “Canal inmenso” por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más admirables de gracias, favores y bendiciones.



Además, nuestra Madre María recibió el mensaje más importante que Dios ha enviado a la tierra: el de la Encarnación del Redentor en el mundo, y en seguida se fue a prestar servicios humildes a su prima Isabel. No fue como reina y señora sino como sierva humilde y fraterna, siempre dispuesta a atender a todos que la necesitan.
Lucas presenta a María como el Arca de la Alianza que va a Jerusalén para mostrar que Dios está presente en medio de su pueblo para llevarles alegría. Por eso el niño dio un salto (danza de alegría) en el seno de Isabel. Con Cristo, Dios viene a vivir no en un templo de piedra, sino en el corazón de los hombres.

Por medio de Cristo que vive en María, la victoria de Dios sobre el mal ha comenzado ya.  Una persona en la que Cristo viva  -una portadora de Cristo, un “Cristóbal”-   lleva a Cristo a los otros, y con él, alegría y amor.

¿Cómo es que la Madre de mi Señor viene a mí?…

Son muchísimas las alusiones directas de la Palabra a la alegría, al júbilo, al regocijo, al gozo, al grito, a saltar, a danzar, a ser dichosos

La Palabra de hoy inflama el corazón de agradecimiento, impulsando no sólo a contar la experiencia de Dios sino más bien a CANTAR las maravillas que realiza en sus hijos

En María podemos contemplar la plenitud de esta alegría, de esta jubilosa ALABANZA que le hace ponerse en pie, ponerse en camino y atravesar aprisa regiones montañosas cual arca de la Nueva Alianza, como esperada nueva Hija de Sión y, de este modo, hacer posible y actual la continua visita de Dios a su pueblo, un Dios que se goza en sus hijos

¿Cómo es que la Madre de mi Señor viene a mí?… Viene siempre. María en medio de nuestras regiones montañosas viene a traernos la alegría porque lleva en su seno a Aquel que es la misma ALEGRÍA!

Su Magníficat es ante todo un estallido de alegría. Y ¿de dónde nace su alegría?: de la experiencia de haberse sentido MIRADA por Dios. Para nuestra mentalidad occidental no es fácil entender lo que para un oriental significa “ser mirado por Dios”. Para éste la santidad la transmiten los santos a través de su mirada. La mirada de un hombre de Dios es una bendición. ¡Cuánto más si el que mira es Dios! María da una importancia enorme a este acontecimiento por eso dice que todas las generaciones la llamarán bienaventurada… porque no hay nada más grande que pueda acontecer en la vida de una persona que SER MIRADA POR DIOS!!!

Todo ello nos conduce a activar esos “ojos del corazón” que saben ir más allá de las apariencias y permiten captar esa realidad esencial que permanece invisible a la percepción de la mente, ya que sólo puede alcanzarse con el amor. Donde reina el amor allí hay ojos que saben ver (Ricardo de San Víctor). Sólo conoce el que ama. En efecto, la capacidad de amar está en disposición de ir más allá del umbral inmediato de los acontecimientos, como ocurre con una lente de aumento o un microscopio, haciendo percibir horizontes que de otra manera serían imperceptibles.

Ojalá nuestra vida sea también un canto nuevo y bello por las maravillas que dejamos hacer a Dios en  nuestra humillación; un canto audaz, valiente, comprometido, un canto capaz de transformar en sinfonía el grito disonante de un mundo que todavía pide pan.