Ante la crítica situación de orden público que se presenta en la vereda La Aguada, corregimiento de Usenda, jurisdicción del municipio de Silvia, Cauca, donde 104 familias (271 personas) salieron desplazadas, la Iglesia Católica ha abierto sus puertas para brindar refugio y apoyo a la población civil, victimas de los recientes combates entre grupos armados.

La Iglesia Católica, con su firme compromiso hacia la comunidad, ha respondido para ofrecer ayuda humanitaria a aquellos afectados por este lamentable escenario de guerra.

Se ha establecido un centro de atención y refugio en la Parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes en Usenda, coordinado por el líder eclesiástico y voluntarios, para proporcionar alimentos, alojamiento temporal y apoyo psicológico a las familias desplazadas.
El párroco local, Harold Tombé, expresó su solidaridad y compromiso con las víctimas, afirmando que la Iglesia Católica está aquí para brindar consuelo y apoyo en estos momentos difíciles.

Además, se ha establecido una red de colaboración con organizaciones civiles y autoridades locales para garantizar una respuesta integral a las necesidades de las personas desplazadas.
“Estamos dialogando con los organismos competentes para que le garanticen un regreso seguro a estas familias a sus hogares”.
La situación en Silvia nos recuerda la importancia de la solidaridad comunitaria en tiempos de crisis. La Iglesia Católica, junto con otros actores humanitarios, se mantiene firme en su compromiso de ayudar a reconstruir la esperanza y la seguridad para las familias afectadas por estos hechos.
