En un emocionante evento que trascendió las fronteras, más de 500 sacerdotes provenientes de diversos países se unieron para participar en la octava edición de la “Copa de la Fe”, un torneo de fútbol que celebró valores de fraternidad y espiritualidad a través del fútbol . El escenario de esta gesta deportiva fue el campo de juego, pero el mensaje era mucho más profundo.
Los equipos representaban diferentes diócesis y arquidiócesis de varios países, cada uno llevando consigo no solo sus habilidades futbolísticas, sino también su compromiso con la espiritualidad.
El evento culminó en una emocionante final entre la Diócesis de Garzón y la arquidiócesis de Guadalajara, México que competían por la copa de oro y la Diócesis de Málaga Soata, junto con la Arquidiócesis de Bucaramanga vs la arquidiócesis de Nueva Pamplona, que se disputaron la copa de Plata. Ambos partidos finales se disputaron con gran intensidad y pasión en el campo, pero finalmente, la Diócesis de Garzón se alzó con la Copa de Oro, mientras que la Copa de Plata fue para el equipo conformado por la Diócesis de Málaga Soata y la Arquidiócesis de Bucaramanga.
El arzobispo de Popayán, monseñor Omar Alberto, dijo que “ nuestros sacerdotes se van satisfechos por la acogida, nuestra ciudad se ha lucido y aunque la arquidiócesis de Popayán no haya llegado a la final, ganamos por la organización de este evento”
Además de la competencia en el campo, la “Copa de la Fe” incluyó momentos de fraternidad y evangelización entre los sacerdotes, fortaleciendo lazos de amistad y entendimiento.
Este torneo no solo dejó una huella en el campo de juego sino también en los corazones de quienes participaron y presenciaron este evento único. La “Copa de la Fe” demostró que la fe puede ser un poderoso motor de unidad y solidaridad, trascendiendo las fronteras y recordándonos que, en última instancia, somos todos hermanos.